La vida en el pueblo es sobre todo tranquila. No es tan fácil cuando uno quiere saltarse la norma. En la escuela, Steffi ya prefería dibujar, porque lo tenía claro: ¿Una carrera en la sucursal bancaria local? Definitivamente no; siempre supo que quería hacer algo creativo. Y eso fue lo que la llevó a marcharse. Primero a Viena, luego a Múnich. Luego a Berlín y de nuevo a Múnich. Su primer trabajo fue para una marca de moda. Pero había demasiada presión y ella perdió su pasión por la creatividad. Entonces, se preguntó: «¿Realmente quiero trabajar así para siempre?»

Ese fue el momento en el que necesitó tomar distancia. Viajar durante un mes por Portugal en bús le ayudó a Steffi a aclarar sus ideas. Sin ordenador, sin obligaciónes. Y, entonces, la creatividad volvió por sí sola. Steffi sabía que quería trabajar como ilustradora y diseñadora de moda, pero a su manera. Su aprendizaje personal: El camino de la vida no siempre es recto, pero, al final, uno llega, aunque haya tenido que dar rodeos. Y ésta es la mejor manera de conocerse a sí mismo. ¿Y tú? ¿Cuándo vas a empezar a descubrir tu creatividad?