Diseñar el mañana con un trazo
Paso a paso hacia un mundo sostenible: en Schneider no estamos solos ante este objetivo. Personas comprometidas, como el arquitecto Robert Klein, comparten la misma meta.


Cambiar las cosas paso a paso:
Hacer las cosas más rápido, construir más alto, llegar más lejos. Durante cierto tiempo, los superlativos marcaban el ritmo de las cosas. Esta tendencia también llegó al mundo de la arquitectura. En el proceso de construcción, a veces se diluye el gran impacto que cada edificio tiene en el medio ambiente. Piedra, tierra, metal, madera... El ser humano no solo toma los recursos de la naturaleza, sino que cada vez ocupa más superficie del planeta. Ante estas circunstancias, la resiliencia climática es un aspecto obligatorio en la arquitectura.
Este concepto describe la capacidad de enfrentarnos a las consecuencias del cambio climático y la capacidad de seguir aprendiendo. La sostenibilidad no se entiende solo como un estado transitorio, sino que es un proceso continuo. Y precisamente la idea de lograr un cambio paso a paso es el nexo en común entre Schneider y Robert Klein, además de su espíritu innovador, su coraje y su actitud abierta. Robert suele encontrar nuevos enfoques cuando sale a pasear. Plasma en el papel todo lo que se le pasa por la mente: dibujos, notas, bocetos... Deja constancia de todo para que no se le olvide nada.
Soluciones inteligentes para problemas complejos
El secreto es estar siempre en movimiento, tanto física como mentalmente, en el trabajo o en el tiempo libre. Quedarse de brazos cruzados nunca ha sido una opción para este arquitecto de 42 años. Tomar sus propias decisiones siempre que sea posible, perseguir su sueño y vivir con independencia: esas son las máximas que Robert siguió desde pequeño para cumplir sus aspiraciones laborales. En su estudio autogestionado de Múnich, eleven architecture, da rienda suelta a sus ideas de construcción y habitabilidad para el mundo actual."Construir un edificio es un proceso muy complejo, con unas reglas aún más complejas, con normativas y con las ideas del cliente", asegura Robert. Los planos, el estudio catastral, las instalaciones de gas, agua o teléfono... Hay que preverlo todo por adelantado. Ponemos esta información en un tablón, de forma organizada, estructurada y visible para todos. Pero la verdad es que cuando te sitúas frente al edificio ya acabado, te invade una sensación de orgullo inevitable. No es una obra para el momento. Es algo que estará ahí durante los próximos 100 años.


Vivir de forma sostenible sin perder calidad de vida
Uno de los proyectos a los que Robert ha dedicado cuerpo y alma es su propia casa, donde desarrolla todas sus ideas sobre edificios sostenibles. Muy poca gente sabe, por ejemplo, que la arena es un recurso limitado. Y sin arena, sin embargo, no podríamos fabricar hormigón. Por esta razón, Robert apuesta por enfoques como la construcción híbrida con madera, que combina las mejores propiedades de la madera y el hormigón. Solo se trata de una forma diferente de concebir la arquitectura."Es más fácil vivir de forma sostenible cuando no se pierde calidad de vida", puntualiza Robert. Tener una idea y comenzar a darle forma es muy importante, tanto para un edificio sostenible como para un bolígrafo fabricado con plástico de base biológica. Hay que empezar por algún lado", aclara Robert. Y no le falta razón: asumir la responsabilidad de lo que le sucede al planeta no es un reto individual, es una tarea que debemos encarar todos juntos, y cada uno debe encontrar su forma de contribuir.
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