La belleza del día a día está en nuestras manos

Elke y Johannes Licht

Telar artesanal junto al lago Sims

Donde convergen todos los hilos

Para mucha gente, una alfombra no es más que un objeto corriente. Pero para la familia Licht, representa un vínculo entre la artesanía y la vida moderna.

Soluciones inteligentes para problemas complejos

La imagen de los telares del taller Simssee, regentado por la familia Licht, resulta imponente. Sujetan cientos de hebras de hilo que después darán forma a los tejidos conforme se labran las urdimbres. Los rodillos del telar suben y bajan, mientras que la lanzadera avanza a todo ritmo entre los hilos. El peine comprime los lizos de la trama y, finalmente, los hilos se van entrelazando hasta tejer el producto final. Así, lizo tras lizo, cada elaboración es única y singular. El sonido de los bastidores del telar resuena por todo el taller. En función de cada patrón, la lanzadera debe cambiar de tela numerosas veces, en un proceso manual que requiere incontables horas hasta dar como resultado una alfombra totalmente artesanal. Nos encontramos en un espacio donde el tiempo parece detenerse.

Existen restos de telas tejidas a mano desde hace más de 32.000 años, lo que convierte este arte en una de las formas de artesanía más antiguas de la humanidad. Durante todo este tiempo, la técnica de la tejeduría se ha desarrollado de diversas maneras, desde los tejidos de filigrana usados en prendas de vestir, hasta patrones más complejos, como los jacquards, los paños de cocina de fibras resistentes o las finas mantelerías. La familia Licht se especializa en el tejido de alfombras de lana. Está formada por el fundador de la empresa, Erwin, su hija Sabine, su hijo Alfred junto a su mujer, Elke, y su nieto, Johannes. La familia cuenta además con dos trabajadores muy preciados por todos.

Diseñadas con amor, tejidas a mano: cada pieza es única.

El arte de la composición

La vista se pierde entre el vibrante verde, el rojo carmesí, el reluciente amarillo o los delicados tonos naturales de la lana, como el blanco, el beige o incluso el antracita oscuro. Observar el almacén del taller es como mirar fijamente un inmenso arcoíris de hebras de lana. ¡Un lugar perfecto para que llegue la inspiración! Cuando los visitantes llegan al telar Simssee, en la localidad de Stephanskirchen, con un esquema de colores en mente, Elke se encarga de ordenar las ideas y darles equilibrio. Su universo gira en torno a patrones, colores, formas y texturas. Como diseñadora experta en patronaje textil, Elke ofrece sus valiosos consejos con sus bocetos de diseño. De este modo, todos los clientes pueden confiar en que cada alfombra fabricada en el taller es una pieza única, diseñada especialmente según la persona que la compra.

A diferencia de los artículos baratos fabricados en serie en el Lejano Oriente, la familia Licht valora el uso responsable de los recursos naturales. La lana no es solo una materia prima sostenible y renovable, sino que también fomenta un medio de vida agradable donde las personas se sienten cómodas. La lana nueva de tonos naturales proviene de ovejas de raza local, como la oveja roja de Coburgo, la alpina de cara negra, la oveja negra-marrón del Jura o la oveja tirolesa alpina. Como la paleta de colores naturales es limitada, también se utilizan tintes que cumplen con las normas internacionales sobre sustancias inocuas para tejidos.

Una mirada entre bastidores

¿Cómo es el día a día en un telar artesanal? La familia Licht nos invita a pasar a su taller, donde cada día tejen alfombras muy especiales. Descubre en la galería de imágenes cómo fabrican productos únicos mediante esta milenaria técnica de artesanía y gracias a su creatividad y su experiencia.

5 preguntas, 5 respuestas

¿Qué significa ser una familia? ¿A quién le gusta más remolonear en la cama? ¿Cómo se estimula la creatividad? Te presentamos el lado más personal de la familia Licht: descubre sus respuestas en el vídeo.

Arrimar el hombro es la base de una empresa familiar

Erwin Licht, el maestro tejedor más veterano, fundó el taller en 1981. Había comprado varios telares antiguos a precio de saldo y, poco a poco, el taller Simssee comenzó a labrarse un nombre. Su hijo Alfred siguió sus pasos y se formó como aprendiz. Con una gestión prudente, decisiones pragmáticas y una gran previsión, el taller comenzó a tener éxito, a pesar de no contar con un plan de negocios como tal. Hoy en día, Johannes, el nieto de 25 años del fundador, también se dedica al negocio familiar con entusiasmo. Tras estudiar mecánica industrial, su formación es perfecta para los telares antiguos, pues no existen piezas de recambio: todas están hechas a medida. El joven, con una sonrisa pícara en la cara, afirma que su abuelo «es como un manual de instrucciones viviente de estas máquinas».

«Al tratarse de un negocio familiar, nos enfrentamos al reto constante de mantener la tradición mientras nos abrimos a la innovación, y, al mismo tiempo, debemos adaptarnos a los cambios con ideas poco convencionales». ¿Pero cómo han logrado sobrevivir durante tantos años? Gracias a un gran sentido de la comunidad, su valentía y, por supuesto, el poder de su creatividad.

Trabajar en una empresa familiar significa que todos debemos hacer de todo.

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